El tener miedo al dentista suele ser una emoción que ocurre en adultos en pequeños. A veces la denominada “dentofobia”, pasa a ser una barrera importante cuando se quiere cuidar la salud bucodental. Los profesionales como nos dicen desde clinicadentalgaudi.com piensan que es necesario siempre que el sector ponga en marcha y utilice técnicas para poder mitigar la ansiedad que muchas personas tienen en el dentista.
Los tiempos están cambiando
Lo cierto es que se puede decir, sin miedo a errar, que tener miedo al dentista es algo que sucede cada vez menos. Se han desarrollados técnicas nuevas odontológicas de menor invasividad y unas anestesias de mayor eficacia.
A pesar de todo ello, hay personas que suelen tener ansiedad o miedos irracionales a las consultas realizadas por el odontólogo. Entre las claves más importantes para poder superar dicho miedo está la relación de confianza que se establece con los profesionales y el personal que se encarga de asistirle en la clínica, por lo que es de gran importancia que el paciente sea atendido por los mismos profesionales y vaya al dentista de confianza de forma continuada.
Es importante que el dentista pueda conocer al paciente y conozca la evolución del historial clínico y tenga un trato de mayor responsabilidad para que crezca la relación de confianza con la que superar los miedos existentes.
La información anterior al tratamiento que se hará es un factor importante de cara a la eliminación de la ansiedad. Las profesionales de la clínica o el propio dentista es recomendable que expliquen los pasos que se van a dar en el procedimiento.
Los pacientes van a poder avisar siempre de que desean interrumpir el tratamiento en el caso de que se noten incomodidades. El dentista puede acordar una manera en la que se puede hacer una señal para que pueda descansar, respirar y que así se pueda continuar con toda tranquilidad.
Para tratamientos que vayan a ser más extensos en el tiempo, caso de las ortodoncias, o tratamientos de carácter gingival. La primera visita acostumbra a ser la de más estrés, pero dependiendo de cuánto avance el tratamiento, se puede percibir una mayor normalidad al respecto.
Implicaciones de los pacientes
Ahora el paciente puede también tener su iniciativa y hablar con el personal de la clínica dental para que así se pueda aclarar la ansiedad que se siente y pedir soluciones.
Algo que debemos hacer antes de ir al dentista es hacer el análisis de los miedos. Pensemos que el dentista es un profesional que está para ser de ayuda y que tiene una elevada cualificación, siempre hay que tener confianza en él.
En el caso de que no te veas capaz de superar el miedo, siempre se pueden tomar medicamentos antes del tratamiento. Lo mejor es consultarlo con el médico o dentista para que te pueda administrar algún tranquilizante o ansiolítico.
Para los casos de mayor gravedad, o tratamientos que se prolonguen mucho como las cirugías o demás implantologías, siempre es interesante la denominada sedación consciente.
Hablamos de un procedimiento realizado mediante anestesia que usa óxido nitroso, que es un gas de carácter relajante que lo que hace es inducir el paciente en un estado de gran tranquilidad, sin que pierda la consciencia.
Miedo al dentista en niños
La odontopediatría, no solo estudia los problemas de salud dental que suceden en los niños, también estudia en profundidad las técnicas que son necesaria para poder abordar los tratamientos para que sean lo más suaves posibles y evitarles rechazos o sufrimientos.
Los padres deben estar muy implicados, no olvidemos que llevar al dentista a los hijos a edades tempranas, es importante para que adquieran la costumbre de ir a revisión anual y así puedan percibir la visita a la clínica como algo normal, como es ir al pediatra.
No olvidemos tampoco que lo normal es que los padres puedan advertir al personal de la clínica si el niño pueda manifestar rechazo o algún tipo de ansiedad. Los profesionales de la clínica saben que hacer al respecto.
De igual forma es fundamentar seguir algunos útiles consejos para poder llevar al niño al dentista para que se sienta tranquilo y seguro. Puede ser una buena idea hacer alguna clase de incentivo como puede ser un regalo después de la consulta, pues puede valer para que se acuda con mayor confianza para la próxima vez.
Si el niño no quiere seguir el tratamiento, lo que ocurrirá es que el profesional va a comunicar esto a los padres y les va a proponer una serie de alternativas clínicas para que los tutores puedan llegar a tomar las decisiones más adecuadas para que la salud del niño quede garantizada.