La apuesta por los plásticos biodegradables, pieza angular de la política medioambiental

Una de las tendencias más reconocidas y compartidas de los últimos años es la que tiene que ver con el cuidado del medio ambiente y del planeta en el que el ser humano vive. Y menos mal, porque la situación está empezando a ser más que preocupante a este respecto en los últimos años. Seamos claros: el ser humano ha abusado de los recursos de la Tierra en las últimas décadas y ahora, como es evidente, estamos amenazados. Eso hace necesaria una intervención, una apuesta por la mejora de las condiciones de habitabilidad del planeta.

Hemos abusado de muchas materias primas con las que, además, hemos contaminado nuestro medio ambiente, nuestra atmósfera. Uno de esos materiales ha sido el plástico, que sin duda ha sido uno de los temas centrales de todas las convenciones que han perseguido el objetivo de reducir el impacto negativo del hombre en la Tierra. Apostar por plásticos biodegradables es algo que se ha convertido en una necesidad y una tendencia en los últimos años y los trabajadores de Bioplásticos Genil, especializados en la fabricación de bolsas de plástico biodegradable, han visto multiplicado su trabajo de un tiempo a esta parte.

Un artículo publicado en la web www.europarl.europa.eu.com, relativa a las noticias que se producen día a día en torno al Parlamento Europeo, indicaba que los plásticos de un solo uso iban a estar prohibidos a partir del 2021 con objeto de mejorar todo lo que tiene que ver con nuestro medio ambiente y los recursos de los que dispone la Tierra. Platos, cubiertos y demás utensilios de plásticos tenían que desaparecer y ni que decir tiene que muchas empresas ya se han tomado la molestia de apostar por plásticos biodegradables para las bolsas y materiales de este tipo.

El portal web Xataka ya indicaba hace algún tiempo que el Gobierno de nuestro país estaba meditando el prohibir los plásticos de un solo uso para este 2021. Desde luego, lo que es evidente, atendiendo a esta información, es que las instituciones públicas se han puesto el mono de trabajo para intentar evitar que el plástico de un solo uso siga campando a sus anchas en todos y cada uno de los municipios y ciudades de la geografía española. Es evidente que hay que procurar que no siga hacia delante el uso de este tipo de material puesto que el medio ambiente depende, en buena medida, de ello.

Una cuestión que es responsabilidad de todos

Hay una cosa que debemos tener en cuenta y que es inapelable: el medio ambiente es una cosa de todos y todas. El ser humano es responsable, a título individual y colectivo, de todo lo que ocurra con el cuidado del medio ambiente. No se puede avanzar si no es con la ayuda y el compromiso de las empresas, las instituciones públicas, las asociaciones y las personas individuales. Si alguno de esos eslabones falla, está claro que habrá muchos más problemas para conseguir que la situación mejore en lo que respecta a la salud de la Tierra.

Ya hemos hecho bastante daño a nuestro entorno como para no responsabilizarnos ahora de las consecuencias. Es un asunto del que nos tenemos que concienciar y en el que hay que trabajar de una manera muy concienzuda en los próximos años. Hay países que llevan años haciéndolo, pero hay otros que todavía tienen mucho que demostrar (Estados Unidos y China, entre otros). España, por el momento, ha empezado a hacer bien las cosas. Pero ya se sabe que estos proyectos requieren de una continuidad en el tiempo para que den frutos.

Tenemos una ventaja en este sentido con respecto a la situación en la que nos encontrábamos hace tan solo unos años: los jóvenes se han dado cuenta de la importancia que tiene su actuación en todo lo que tiene que ver con el cambio climático y las necesidades imperiosas de nuestro planeta. Hay que explotar este asunto y aprovechar sus ganas de implicarse para resolver algunos de los problemas más urgentes a los que se enfrenta la raza humana en los próximos años. Desde luego, es importante que nuestro principal arma sea la conciencia.

Estamos seguros de que vamos a conseguir muchos avances en los últimos tiempos. Tenemos muchas cosas a las que agarrarnos: la conciencia de la que os hablábamos, una tecnología que es cada vez más potente y eficiente, unas energías renovables que nos hacen no tener que depender de materias primas que son limitadas… Es cierto que podemos ilusionarnos, que hay motivos para hacerlo. Pero, eso sí, no nos podemos fiar en absoluto. Relajarse no es una opción y está claro que, si nos mantenemos alerta y en guardia, tendremos más posibilidades de conseguir todos esos propósitos que, en materia medioambiental, están en nuestra agenda.

 

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