El coronavirus ha golpeado con fuerza a nuestra vida. Está claro que lo principal es la cantidad de gente que ha tenido que sufrir sus consecuencias en el interior de su cuerpo. Son muchas las personas que ya han perdido la vida a causa de esta pandemia y muchas las familias que han quedado rotas por el dolor que, más allá de la pérdida, ha causado el hecho de no poder ni siquiera despedir a los seres queridos que han caído en esta batalla. Es una verdadera desgracia para la que, desde luego, se necesita todo el apoyo del mundo.
Pero el coronavirus ha traído muchos efectos negativos más. Solo hace falta que echemos un vistazo a nuestro alrededor. Es posible que la moral de la población española esté por los suelos en los tiempos que corren después de casi un año de pandemia. Estamos perdiendo nuestra alegría habitual y eso, la verdad, es que está provocando el aumento de casos de depresión o de ansiedad. Pero, si todavía vamos allá, tendremos claro que otro de los grandes problemas del virus, y del que os vamos a hablar en el resto de este artículo, es el devastador efecto que ha causado sobre la economía de nuestro país.
Está claro que la mayoría de los negocios se han visto afectados, de una o de otra manera, por la situación en la que nos encontramos. Ni que decir tiene que el de la hostelería, que es el que más restricciones está sufriendo, es uno de los que peor lo está pasando. Nosotros vamos a realizar un análisis acerca del sector de la moda, que es otro de los que se está viendo atacado por una situación que, desde luego, se está extendiendo demasiado y que está provocando muchos más problemas de los que, en principio, nos esperábamos.
Publicaba la web de El Sol de San Luis que, en un país como México, habían caído un 60% las ventas de vestidos de fiesta como consecuencia de la pandemia. Es lógico, teniendo en cuenta que la mayoría de las bodas y de eventos de este tipo fueron cancelados como consecuencia del coronavirus. Y estamos hablando de un dato que se produce en un país en cuyo territorio la pandemia aterrizó más tarde que en España. ¿Qué habrá pasado entonces aquí, en el interior de nuestras fronteras? La verdad es que la situación no es mejor.
El diario ABC hacía un análisis acerca de los diez efectos principales que tenía la llegada del virus para un negocio como el de la moda, diez efectos que os trasladamos a continuación:
- Uno de los países que se ha visto beneficiado es China, algo curioso teniendo en cuenta que es donde se originó el coronavirus.
- Ha cambiado el estilo, que ahora es una especie de combinación entre los chinos o los vaqueros con sudaderas con capucha, entre otras prendas.
- Los grandes almacenes de ropa se encuentran sufriendo para dar salida a sus productos.
- Hay una menor venta de tacones.
- Las ventas de productos de moda locales han crecido, pero se ha limitado de un modo extraordinario el comercio internacional. Y eso no es positivo.
- Las compras se piensan mucho más a causa de la crisis.
- El consumo se ha limitado, así que muchas entidades se han visto obligadas a cerrar sus puertas.
- Hay una mayor exigencia en lo que respecta a la compraventa online.
- Crece el entorno digital y las empresas que lo han adoptado.
- El cliente se ha convertido verdaderamente en el jefe.
Como veis, no todos los efectos son negativos, aunque estamos seguros de que a nadie le hubiera gustado que todo esto llegara a causa de una pandemia.
Está claro que ha habido momentos mejores en lo que tiene que ver con el sector de la moda en España. La llegada del coronavirus ha tenido efectos muy negativos en esta industria, pero es cierto que nos encontramos en un momento en el que hay que mirar hacia delante y adaptarnos al entorno en el que nos movemos para tratar de combatir la situación. Es lo que han hecho en Joana Diestre, ya que aunque la venta online en su sector no es viable (hablamos de moda a medida), sí han podido facilitar a sus clientes la seguridad y la eficiencia gracias a la posibilidad de solicitar cita online. Viendo que la gente continuaba teniendo cierto respeto a acudir a locales cerrados, su decisión fue espaciar las visitas consiguiendo así que ningún cliente se encontrara con otro cliente dentro del local.
En el ‘online’ está el presente
Solíamos pensar que en Internet estaba el futuro de nuestra sociedad, de nuestros comercios y, en definitiva, de nuestra vida, pero la realidad se ha encargado de demostrar que no es el futuro lo que se encuentra en esos elementos, sino el presente. Ya es en este tipo de entornos donde se tienen que mover los comercios para intentar lidiar con la situación y tratar de obtener esa rentabilidad perdida, en muchos casos, a causa del virus.