¿Y si pruebas este año los adornos hechos con impresión 3D para tu árbol de Navidad?

¿Quién más está cansado de ver siempre los mismos adornos de Navidad? Sí, esas bolas rojas y doradas que ves en cada tienda y en cada casa, como si todo el mundo se hubiera puesto de acuerdo. Yo sinceramente ya estaba harta de eso y pensé: “Este año voy a hacer algo diferente”. Y ahí fue cuando descubrí los adornos hechos con impresión 3D. Suena muy “techie” y complicado, pero os prometo que no es para nada imposible.

Lo que me flipa de esto es que puedes hacer algo totalmente único. Literalmente, cualquier cosa que se te ocurra: figuras de animales, tus iniciales, formas locas que ni siquiera sabías que existían. Y luego verlo materializarse en un objeto real frente a tus ojos… no sé, tiene un puntito que mola un montón. Además, los adornos 3D son resistentes. Sí, resistentes. Nada de que tu gato los tire y termines con la típica bola rota y tus nervios por los suelos. Y tampoco pesan nada, así que no hay riesgo de que las ramas se doblen ni nada por el estilo.

Así que básicamente este año puede ser tu oportunidad para darle un twist a tu árbol y olvidarte de las típicas decoraciones que parecen sacadas de un catálogo aburrido.

 

Cómo empezar con adornos de impresión 3D

Primero lo primero: ¿vas a imprimirlos tú o vas a pedir que alguien lo haga por ti? Si no tienes impresora 3D en casa, hay sitios que te permiten mandar tu diseño y te lo envían ya hecho. Pero si eres de las mías y quieres vivir la experiencia completa, puedes comprar una impresora chiquita o incluso alquilar una en talleres cerca de ti. De verdad, no es tan caro como parece y estas máquinas son bastante fáciles de usar.

Luego viene la parte divertida: diseñar tus adornos. Puedes descargarte modelos ya listos, pero si quieres que tu árbol diga “esto soy yo”, lo ideal es crear tus propios diseños. Y tranqui, no necesitas ser un diseñador 3D profesional. Hay programas súper fáciles que te permiten hacer figuras sencillas y luego las exportas para imprimir. Yo vi tutoriales en YouTube de gente que hacía copos de nieve que parecían sacados de un museo y dije: “vale, esto lo puedo intentar”.

Sobre materiales, los más usados son PLA y ABS. El PLA es más ecológico y fácil de manejar, perfecto si es tu primera vez. El ABS es un poco más resistente, así que si quieres algo que dure varias navidades y soporte cambios de temperatura, este es tu amigo.

Ah, y un consejo que me dio la gente de Pyc3D, expertos en impresión 3D en Barcelona, es que siempre revises la densidad del relleno de tus adornos. Si es demasiado baja, los adornos quedan frágiles y se pueden romper con cualquier golpe. Si es demasiado alta, pesan demasiado y algunas ramas del árbol podrían doblarse.

Yo lo probé y, siguiendo este truco, mis adornos quedaron firmes pero ligeros, y me ahorré un montón de dramas.

 

Tipos de adornos que puedes probar

Vale, ahora viene lo divertido de verdad: ¿qué puedes hacer con la impresión 3D? Las posibilidades son infinitas, pero aquí van algunas ideas que funcionan súper bien.

Primero, las figuras clásicas pero con un twist: estrellas, copos de nieve, renos. Lo guay es que puedes jugar con tamaños y texturas. Por ejemplo, un copo de nieve súper grande en la punta del árbol y mini copos repartidos por todo el árbol. Después están las figuritas locas: personajes de tus series favoritas, pequeños robots, dinosaurios… sí, sí, dinosaurios en un árbol de Navidad, ¿por qué no? Y luego tienes lo más personal: tus iniciales, nombres de tus amigos o incluso pequeñas frases que signifiquen algo para ti.

Otra cosa que mola mucho es combinar varios colores. Con impresoras que permiten cambiar de filamento, puedes hacer adornos multicolor sin tener que pintarlos después. O si prefieres, puedes imprimarlos en un color base y luego pintarlos tú misma, lo que le da un toque totalmente DIY y personalizado.

Y si eres de las que le gusta sorprender, puedes hacer adornos que brillen en la oscuridad o que tengan formas geométricas raras que nunca habías visto. De verdad, ver a tus amigos reaccionar cuando ven tu árbol es lo mejor: “¿esto es 3D?”, y tú con cara de orgullo.

 

Consejos para que no sea un desastre

La impresión 3D tiene sus truquitos y si no los sigues, tu árbol puede acabar con adornos deformes o feos.

Primero, asegúrate de que la impresora esté bien calibrada. Suena aburrido, pero es clave. Un mal calibrado y tu adorno puede salir torcido, con burbujas o incluso incompleto.

Segundo, ten paciencia. Sí, la impresión 3D tarda. Algunos adornos pueden tardar horas, así que ponte cómoda, pon una serie de fondo y paciencia.

Tercero, no te obsesiones con que todo sea perfecto. La gracia de esto es que tus adornos tengan personalidad. Incluso los que salen un poco raros pueden quedar divertidos y darles un toque único al árbol.

Si sigues esas recomendaciones, tus adornos durarán más y serán mucho más resistentes.

 

Cómo involucrar a amigos y familia en tus adornos 3D

Una de las cosas más guays de los adornos impresos en 3D es que puedes involucrar a tus amigos y familia en el proceso.

Por ejemplo, puedes montar una tarde de diseño y pedir a cada persona que haga su propio adorno, incluso si no sabe nada de impresión 3D. Hoy en día hay programas súper intuitivos que permiten crear figuras sencillas con solo arrastrar y soltar, así que nadie se siente perdido.

Otra idea que mola mucho es hacer adornos colaborativos. Por ejemplo, cada uno diseña una parte de un adorno grande o un conjunto de figuras que juntas formen algo divertido. Yo vi a alguien hacer un árbol de Navidad mini en 3D donde cada rama la diseñó un amigo distinto, y el resultado quedó muy loco y divertido. Es una manera de que todos aporten su toque personal y, de paso, crear recuerdos mientras lo hacéis.

Además, involucrar a la familia o amigos puede ser útil para aprender a manejar la impresora 3D. Entre todos pueden descubrir trucos, ver qué densidad de relleno funciona mejor, cómo combinar colores o cómo solucionar errores típicos. Yo recuerdo que la primera vez que probé la impresora estaba perdida, pero tener a alguien más mirando y riéndose de los fallos hizo que todo fuera más fácil y mucho más divertido.

También puedes aprovecharlo para hacer regalos navideños personalizados. Cada persona puede diseñar adornos para otro amigo o familiar, lo que hace que los regalos sean únicos y más especiales que cualquier cosa comprada en tienda. Además, ver la reacción de alguien al recibir un adorno hecho por ti es súper satisfactorio; la cara de sorpresa y emoción no tiene precio.

 

Decorar el árbol con tus propios adornos

Una vez que tengas todos tus adornos impresos, llega la mejor parte: colgarlos en el árbol. Yo recomiendo empezar con los más grandes y luego rellenar los huecos con los más pequeños. Jugar con alturas y posiciones hace que el árbol se vea más dinámico y divertido.

También es buena idea mezclar texturas. Si todos tus adornos son lisos, puede quedar un poco plano. Pero si mezclas texturas rugosas, brillantes, con relieve o translúcidas, el árbol gana un montón. Y si eres de las que les gusta cambiar de año en año, puedes ir acumulando adornos y cada Navidad añadir uno nuevo, así tu árbol se va volviendo cada vez más tuyo.

Otra cosa divertida es combinar adornos impresos con los que ya tengas. Por ejemplo, si tienes bolas tradicionales que no quieres tirar, mételes algún adorno 3D entre medio. La combinación queda muy chula y además, así no tiras nada de lo que ya tienes.

 

Qué esperar cuando todos vean tu árbol

Si eres de los que disfrutan del efecto “wow” de los amigos y familiares, prepárate. Mis amigas fliparon cuando vieron que cada adorno tenía algo único y que algunos incluso eran personalizados. La impresión 3D da la ventaja de que puedes contar la historia de cada pieza: este lo hice yo, este representa tal cosa, este es un regalo…

Además, si alguien pregunta cómo lo hiciste, es la excusa perfecta para hablar de tecnología de forma divertida. Puedes explicar lo básico de la impresora, del diseño y los materiales sin que nadie se aburra. Y sí, algunos van a decir “yo no entiendo nada de esto”, pero la mayoría termina queriendo probarlo el año siguiente. Es como contagiar entusiasmo navideño con un toque moderno.

 

¿Por qué vale la pena probar algo diferente?

Al final, lo que más me gusta de todo esto no es solo que el árbol quede guay. Es que hace que la Navidad sea más personal y divertida. No estás comprando decoraciones de catálogo, estás creando algo que habla de ti, de tus gustos, de tu creatividad. Y eso, sinceramente, vale mucho más que cualquier bola dorada del súper.

Además, aprender un poco de impresión 3D no hace daño a nadie. Es como un mini hobby que puede convertirse en tradición. Cada año puedes añadir algo nuevo, probar nuevas formas, nuevos colores, y al final tienes un árbol que evoluciona contigo y con tus experiencias.

Así que mi consejo es: atrévete. No importa si nunca has usado una impresora 3D, ni si crees que no eres “manitas”. Esto se trata de probar cosas nuevas y divertirte. Y lo mejor de todo: cuando la gente vea tu árbol, no podrán evitar decir “¡esto es diferente!” y eso, creedme, no tiene precio.

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